Lo que ha entrado en crisis es ese «Dios diferente» (Ch. Duquoc), kenótico y compasivo, identificado con el sufrimiento humano, con los pobres y excluidos, no el dios de los salones. Ha entrado en crisis, más allá del aparente revival de lo religioso, porque es un Dios que pone en crisis a la humanidad y a la propia religión, como las ponen los injusticiados de este mundo. A un creyente cercano al mundo de la exclusión no le preocupa el ocaso de una religión de la abundancia que se mantiene «de espalda a los pobres». Lo que le interpela es la radical crisis del cristianismo como crisis de Dios.
Cinco magistrales exposiciones de cinco autores expertos en el tema que tratan y que ofrecen ámbitos diferentes de la «presencia o ausencia de Dios»: